La realidad es que la belleza del mundo es magnífica, pues en cada rincón podemos encontrar lugares que pueden fascinar y encantar a todos, y aunque es prácticamente imposible conocer todo el mundo por cuestiones económicas, de riesgos, e incluso de tiempo de vida; siempre es recomendable para todos, tratar de darse una escapada para relajarte, divertirte, conocer lo bello que hay en la vida.
Para no dar más rodeos, en esta ocasión, pienso hablarte uno de mis lugares favoritos, del cual he tenido oportunidad de ir varias veces, me refiero a las Grutas de Tolantongo, en el Estado de Hidalgo, en México.
El lugar tuve el gusto de conocerlo por primera vez cuando tenía 18 años, (plenitud de la vida) cuando era un lugar no tan popular, ni comercial, cuando solo unos amigos y yo estábamos, además de uno que otro perdido igual que nosotros; nada que ver con el mundo de gente que hoy asiste al lugar. Y aquella primera vez, el conocer la belleza de las grutas, el como la madre naturaleza talla los túneles con el agua que sale es fantástico, adicional a eso desde el origen, y a lo largo de todo el rio, el agua es agradable con una temperatura bastante elevada, sin que esta sea insoportable para la gente. Otro punto, a favor es los montes que lo rodean, y que dan una vista única.
Algo que ha cambiado es la aventura, pues si bien, es cierto, todavía van muchos acampar, las comodidades, mayor número de lugares para comparar comida, o cosas para campistas, le quita esa sensación que tuve, en mi primera visita, de sobrevivir solo con lo que tu llevas. Sin lugar a dudas ahora es un lugar muy grato para estar con los amigos, o la familia, pero la aventura original que implicaba el lugar ya queda un poco relegada.
Indiferentemente de que ahora sea popular, pues también es grato ver que a pesar de la cantidad de gente que asiste todos los años, el lugar se mantiene gracias a los ejidatarios encargados de este santuario, y si no has tenido la oportunidad de conocerlo, debes darte el tiempo para hacerlo. Ya que otro punto que a mí me fascino la primera vez que fui, es a media noche, voltear al cielo, y poder verlo con una sensación que no he vuelto a tener al ver tantas estrellas (nótese que soy de una de las ciudades más contaminadas y no se pueden observar de igual forma el cielo) esa ocasión fue sentir que el mundo es nada en comparación del universo, sentir el espacio, las estrellas y maravillarme de tan majestuoso momento. Para mi des fortuna, no he podido volver a verlo igual, no sé, si sea porque hay más automóviles y contaminación, o porque me han tocado días más nublados que esa primera vez, pero si tienes esa fortuna, tal vez encuentres esa sensación magistral.
En fin, de verdad no puedes limitarte y dejar de conocer este lugar, en el Estado de Hidalgo, en México, de igual forma si conoces algún otro lugar déjanos saberlo en los comentarios.
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